Aquí os dejamos la Crónica de un Espectador tras disfrutar de la Representación  de las chicas y chicos del Oratorio del @cjatocha 

 

EL VIVE EN TÍ…. y en nosotros

Como viene siendo una agradable tradición anual, asistí en compañía de familia y amigos a la obra teatral que el Centro Juvenil de Atocha, representa en nuestro colegio por estas fechas. Esta vez, he de confesarlo, no iba con el ánimo muy “arriba”. En casa (¿en qué casas no?) se ha visto El Rey León hasta la extenuación visual y auditiva. Sinceramente no me apetecía otra versión más de las venturas y desventuras de Simba y compañía. Ya me sabía de memoria todas las peripecias del cachorro aspirante a león. Con los ojos cerrados, me siento capaz de dibujar el mapa por el que los protagonistas del clásico de Disney, se mueven.

Sin embargo, y dado que nunca he salido defraudado del teatro salesiano, decidí darle una oportunidad al hijo de Mufasa… y me alegro de haberlo hecho.

Sería repetitivo insistir en que el amor, la pasión y la entrega de los implicados en el evento (desde actores a sonidistas) son características inamovibles de cada cita teatral.

¡Pero es que esta vez se han pasado!

Y no es una opinión personal. No puede serlo cuando miras a tu alrededor y ves a niños, adolescentes y mayores, aplaudiendo cada escena como si no hubiese un mañana, aullando de gozo cuando los “malos” recibían merecido castigo o cuando sientes que el teatro “se viene abajo” con  la eficaz y lograda transición de “niño a hombrecito” de Simba.

No recuerdo una reacción tan visceral de los asistentes a estas representaciones. Y eso, sólo tiene una explicación: lo han bordado. Así de simple. Año tras año de autodidacta “profesionalización” han convertido a los participantes en esta obra, en verdaderos genios de las tablas. Disfraces, luces, coreografías, atrezzo, música… todo sencillamente increíble. Un lujazo.

Y por supuesto, el público estuvo a la altura.

Porque una obra de teatro es un proceso bidireccional. Y “Él Vive en Tí” fue una interacción perfecta entre espectadores y equipo actoral, donde los primeros aplaudieron hasta los escasos y lógicos “fallitos” de un directo, y los segundos lo dieron todo. Yo estuve allí, y puedo asegurar que los asistentes, no se pusieron en pie al final por mera cortesía.

Todos los implicados (animadores, grupo de Confirmación y CJA) hicieron posible que este pasado fin de semana, su representación teatral no fuese sólo una opción de ocio, sino algo más. Algo más emotivo y gratificante que un mero espectáculo de luces y canciones. La impresión general no fue la de asistir a un “musical del cole”, ni a un evento cultural, sino la de disfrutar del esfuerzo, la creatividad y el trabajo de un grupo de personas que creen en lo que hacen.

Y nos hacen creer.

Así que me alegra no haber faltado a esta cita porque si de una cosa estoy seguro es de Él Vive En Tí… y en nosotros.

 

Firmado

Un espectador

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