Los cooperadores, explicaron, son como “salesianos externos” y son una red que se extiende a nivel internacional lo cual también les enriquece para intercambiar las realidades sociales de cada territorio.
También se distinguen por una práctica de la oración y el estudio de las encíclicas y tienen una visión social de la iglesia asumiendo también, que hay que practicar la humildad a nivel económico.
El objetivo último de un/a cooperador/a es cambiar la sociedad desde dentro que asumimos en el debate posterior, era una manera de traer el Reino de Dios a la tierra.
En Atocha hay mucha diversidad de edades y se distribuyen por grupos según etapas vitales porque lógicamente las preocupaciones y realidades son distintas y las inquietudes.
Para la formación cuentan con guías que en numerosos casos son sacerdotes. Cada 3 años se renuevan y dinamizan la agenda y la propuesta de cada provincia.
Un proyecto de vida apostólica del que podemos estar orgullosos como comunidad y que acompaña a nuestro colegio en el ámbito religioso.